El especismo es la discriminación de quienes no pertenecen a una cierta especie. La mayoría de los seres humanos son especistas hacia los demás animales, considerando que no deben ser respetados o que deben serlo menos que los humanos.
Los animales podemos sufrir y disfrutar. Por ello, tenemos
intereses y necesidades propios. Esto ocurre con independencia de
nuestra especie. Sin embargo, a la hora de respetar a los demás, se hace
comúnmente distinción radical entre los seres humanos y los demás
animales. Únicamente se tiene en cuenta a los humanos, lo que supone,
así, discriminar al resto de los animales. Esto constituye la
discriminación arbitraria que recibe el nombre de especismo.
Quienes defienden esta discriminación emplean unos argumentos que
se vienen abajo rápidamente. De hecho, muchas veces ni siquiera dan
razones para ello. Simplemente asumen que podemos aceptar la
discriminación de los animales de otras especies porque sí, por el mero
hecho de que no sean de nuestra especie o porque siempre ha sido así.
Otras veces se asume simplemente que somos más importantes. O se dice
que es así apelando a supuestas razones no comprobables de ninguna forma
(como hacen algunos que dicen, por ejemplo, que somos “la especie
elegida”). Eso no constituye argumento alguno y no puede justificar
nada. La misma lógica justificaría cualquier clase de injusticia que
pudiésemos sufrir.
Por otra parte, se dice muy a menudo que solo hemos de respetar a
los seres humanos porque los animales de otras especies no pueden
realizar razonamientos que los humanos sí podemos hacer. Sin embargo, el
hecho es que hay muchos seres humanos que no pueden llevar a cabo tales
razonamientos. Esto sucede en el caso de los bebés y los niños de corta
edad. Pero también en el de muchos adultos que han sufrido algún tipo
de enfermedad o accidente, teniendo diversidad funcional intelectual
profunda (lo que algunas veces se llama discapacidad intelectual). Así,
si este argumento fuese válido, estaría justificado discriminar y
explotar a estos seres humanos. Esto muestra que no se puede levantar
una barrera dividiendo a los humanos y a los demás animales afirmando
que solo estos últimos tienen ciertas capacidades intelectuales. El
especismo no se puede justificar así.
Otras veces se dice que los seres humanos podemos discriminar a los
demás animales simplemente porque no sentimos por ellos la misma
simpatía que tenemos por los humanos. O porque somos más poderosos que
ellos. Estos argumentos tampoco deben ser aceptados. Hay muchos seres
humanos que no tienen a nadie que simpatice con ellos. Y otros que se
encuentran en una situación de debilidad. Los racistas, que a lo largo
de la historia han explotado y esclavizado a millones de seres humanos,
también estaban en una situación de poder. Y sentían simpatía solamente
por quienes tenían su mismo color de piel. Sin embargo, su actitud era
igualmente injustificable. Ninguna de estas razones justifica la
discriminación de los demás. No pueden servir, por tanto, para
discriminar a los animales que no pertenecen a nuestra especie. No
justifican el especismo.
![](http://www.especismo.org/imagenes/pollos1.jpg)
En realidad, que alguien tenga una mayor o menor capacidad
racional, o que tengamos simpatía por alguien, no es lo importante para
que sea tenido en consideración moral. Lo importante es poseer la
capacidad de sufrir y disfrutar. Son los seres que poseen esta capacidad
quienes pueden verse afectados por los actos de otros. Por este motivo,
son los animales quienes han de ser respetados.
En contraposición a esto, si rechazamos el especismo defenderemos
la consideración igualitaria de los intereses de los animales.
En ocasiones se actúa también de modo especista al favorecer a
ciertos animales frente a otros aunque no sean humanos. Esto sucede, por
ejemplo, si nos oponemos a que se mate a perros o gatos para su consumo
como comida pero aceptamos que ello se haga en el caso de los cerdos o
vacas. O si entendemos que solamente hemos de respetar a los simios.
Estas son formas de discriminación especista que perjudican a los demás
animales.
Nuestra sociedad seguirá siendo especista, con todas las consecuencias
que ello implica, mientras no vayamos dejando atrás, cada uno de
nosotros, nuestras actitudes especistas. Para conseguir esto, lo primero
pasa por reconocerlas, por saber qué es el especismo y por denunciarlo
como una actitud injustificable.
Texto sacado de:
No hay comentarios:
Publicar un comentario