sábado, 11 de febrero de 2012

Mis huevos y yo.

Ya cayó en mi manos esta información sobre los códigos de los huevos hace muchísimo tiempo por lo que llevo años comprando solo huevos de gallinas ecológicas. Concretamente esta marca gallega.



Siempre que he escuchado a un vegano le he preguntado el porqué de no comer huevos si no matas al animal y son huevos no fecundados que ponen por instinto. La verdad es que nunca nadie me lo explicó. 

A mi amiga Claudia le dije pues no lo entiendo, me contestó pero lo entiendo yo y me dejó sin argumentos.

Me ha costado averiguar que hay detrás de la producción de los huevos. No me estoy refiriendo a las gallinas que viven en jaulas sino a las que supuestamente corretean por el campo. Aunque parece que es el estado ideal de una gallina, cuando comienzas a alejarte del especismo y empiezas a preocuparte sobre lo que hay más allá de todo eso descubres una realidad que no esperabas.  Las gallinas ponedoras  al dejar de ser productivas son sacrificadas, los pollitos machos no son útiles en el negocio de los huevos y son demasiado pequeños para el negocio de la carne por lo que son triturados a los días de nacer y la realidad que nos venden muchas veces se aleja mucho de lo que creemos.

Es por eso que me he puesto en contacto con la granjas ecológica que os mencionaba para que me respondiese a todas estas dudas y me plantease la posibilidad de visitarles para ver las condiciones en las que viven la gallinas. Ya os contaré su respuesta.






viernes, 10 de febrero de 2012

Gallinas ponedoras ( III )

Las gallinas de granjas ecológicas, con el número 0 inscrito en el huevo, se crían en libertad en condiciones óptimas de higiene, nutrición y sanidad, en un entorno sano, no masificado y protegido de la contaminación ambiental.

La alimentación de las ponedoras ecológicas se basa en hierbas, semillas, insectos y piensos de producción ecológica a base de cereales y soja.


Nutricionalmente todos los huevos son iguales, al menos según indica el Instituto de Estudios del Huevo. Sin embargo el sabor es distinto, ya que la gallina al moverse metaboliza de forma diferente su alimento: el pienso -que son cereales-, y también esta menos estresada. El resultado de las gallinas “felices” son huevos con más sabor y con las yemas más anaranjadas, como los de antes.

Los huevos de gallina campera vienen a costar el doble que los de gallina enjaulada, pero tenemos que tener en cuenta que estamos hablando de cantidades que oscilan entre 1,20 € y 3,20 € la docena. Aunque estemos en crisis, son 2 euros como máximo la docena -poco más de 10 céntimos por huevo-, y dado que las recomendaciones son 3 ó 4 huevos a la semana, no merece la pena escatimar.

Comprar huevos de gallinas en "libertad" reduce parte del sufrimiento de estos animales en vida, algo que es positivo pero insuficiente si es que queremos tratar a estos seres con el respeto y la justicia que se merecen. Sus vidas, y las nuestras, no deben ser propiedad de nadie porque ellos tampoco son simples objetos.